Un hombre fue a una peluquería a cortarse el cabello, entabló una
conversación con la persona que le atendió. De pronto, tocaron el tema
de Dios. El barbero dijo, "Yo no creo que Dios exista, como usted
dice". Sorprendido, el cliente preguntó, "¿Por qué dice usted eso?"
"Es muy fácil, al salir a la calle se da cuenta de que Dios no existe.
O dígame, acaso si Dios existiera, ¿habría tantos enfermos? ¿Habría
niños abandonados? Si Dios existiera, no habría sufrimiento ni tanto
dolor para la humanidad. No puedo pensar que exista un Dios que permita
todas estas cosas." El cliente se quedó pensando y no quiso responder
para evitar una discusión. Al terminar su trabajo, el cliente salió del
negocio y vio a un hombre con la barba y el cabello largo. Entró de
nuevo a la barbería y le dijo al barbero. "¿Sabe una cosa? Los barberos
no existen."
"¿Cómo? Si aquí estoy yo" replicó el peluquero. "¡No!" dijo el cliente,
"no existen porque si existieran no habría personas con el pelo y la
barba tan larga como la de ese hombre."
"Los barberos sí existen. Es que esas personas no vienen hacia mí"
contestó el afeitador. "¡Exacto!" dijo el cliente. "Ese es el punto.
¡Dios sí existe! Lo que pasa es que las personas no van hacia él y no
le buscan, por eso hay tanto dolor y miseria."
Una cosa que tenemos que entender es que la Biblia nunca discuta la
existencia de Dios porque es algo orgánicamente entendido por la
creación. Nadie es por naturaleza un "ateo" sino que el ateísmo es una
manera de pensar que las personas tienen que buscar rechazando sus
propios razonamientos e inclinaciones naturales.
En Romanos 1 el Apóstol Pablo explica elocuentemente que toda la
creación es una evidencia palpable de la existencia de Dios. Con todo,
el instrumento predilecto que Dios tiene para testificar de su
existencia no es la creación. Tampoco son los ángeles. Aunque Dios usó
a los ángeles para traernos la ley (Hechos 7:53) ellos no tienen el
privilegio de ser portavoces de la manifestación de la gracia de Dios
hacia los hombres. (La última vez que los usó para proclamar las Buenas
Nuevas era en el nacimiento de Cristo. Lucas 2:8-15)
Su instrumento escogido es el ser humano: tú y yo. Es la
responsabilidad de los que hemos tenido un encuentro personal con Él
dejar el mundo saber que Dios sí es real y se manifestó en la carne
cuando nación en Belén.
LA BIBLIA DICE QUE ES EL NECIO, NO EL ATEO, QUE DICE QUE NO HAY DIOS.
(II Corintios 4:3) Y si todavía nuestro evangelio está velado, para los que se pierden está velado.
Hace poco aconteció un caso clásico en Jerusalén. Un empresario israelí
sufrió un infarto cuando pidió una cortesana para acompañarle en su
habitación en un hotel y abrió la puerta para encontrar a su hija. Pero
su caso se empeoró porque una vez dado de alta del hospital confesó la
experiencia a su esposa. Ella prometió entregarse al rescate y
restauración de su hija, pero también exigió de inmediato el divorcio.
Este padre se dio cuenta de la manera más inhóspita, que ser padre y
esposo es mucho más que hablar unos buenos consejos de cómo los hijos
deben vivir sus vidas. Su caso es muy lamentable, pero cuantas personas
se han creído que no han tenido la responsabilidad de ser ejemplos
morales en sus hogares o en público.
La hipocresía se manifiesta en casi todos los sectores de la sociedad
moderna. En el comercio, la política, la medicina, las instituciones educativas, el hogar y la iglesia vemos la plaga de la impureza. Lo
raro es que a nadie le agrada la insinceridad y todos la critican (que
para muchos, en si, es una forma de gazmoñería). He visto un doctor
(médico) fumando cigarrillos mientras criticaba a los campesinos que
atendía porque no tenían de buenas prácticas de salubridad. También he
visto maestros de escuela hacer trampa en los exámenes que tenían que
tomar para actualizar sus conocimientos.
La forma de falsedad más agredida es la que se ha encontrado entre los
que se dicen ser cristianos. Parece que el mundo criticará a los
cristianos si hacen o no hacen, pero esto no es el punto. Es así porque
todo el mundo sabe que la iglesia debe ser la consciencia moral de la
comunidad. Lo que es necesario entender es que el cristiano es un timón
moral, la estrella del norte con la cual aquellos que no conocen a Dios
se enteran cuan lejos que han desviado de los caminos debidos de sus
vidas.
Las criticas son pruebas. Es como una persona que quiere cruzar un
puente de tablas imperfectas (tal como somos). Casi siempre entrará con
cautela haciendo probanza a cada tabla antes que lo pisa con confianza.
La persona que no ha puesto su confianza en Dios quiere saber si en
verdad hay alguien que conoce a Dios o si todo el mundo es tan falso
como el mundo en que él vive. Es una comprobación de sinceridad para
ver si eres, en verdad, un cristiano. Pensando en esto, uno de los
críticos más agresivos de la hipocresía religiosa era el mismo
Jesucristo. Él busca la pureza de corazón (entregada sinceridad) entre
los que dicen ser sus seguidores.
EL NOMBRE QUE HEMOS INVOCADO SOBRE NUESTRAS VIDAS CONTIENE LA ESPERANZA DEL MUNDO ENTERO.
(Salmos 139:23-24) Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame
y conoce mis inquietudes. Y ve si hay en mí camino malo, y guíame en el
camino eterno.
Cuando el predicador escocés John McNeill era niño tenia que caminar
una larga distancia cada tarde. Su ruta le llevaba a través de un
bosque con un arroyo grande donde a menudo ladrones y animales salvajes
se refugiaban. Un temor grande siempre le atormentaba cuando andaba
entre los árboles. Una noche oscura se le hizo tarde y estaba pasando
por el bosque cuando vislumbró una figura sombría que se le acercaba
sigilosamente. Estaba seguro que era un ladrón y estaba a punto de
desmayar cuando oyó una voz. John pensó que su fin había llegado hasta
que oyó que la voz decía, "John ¿eres tú?" Era su padre que sabía del
temor de su hijo y había salido a su encuentro.
Era una palabra del padre de John que dio paz a su turbado corazón
aquella noche tenebrosa. De la misma manera, una palabra de nuestro
Padre Celestial es exactamente lo que nosotros necesitamos en nuestras
horas de obscuridad. Una palabra de Dios a nuestros corazones puede
echar fuera todo temor y preocupación. El problema para muchos consiste
en que ellos no creen que Dios les puede hablar el día de hoy. Lo más triste de esto es que, a
causa de su decisión de no creer, están sufriendo casi a modo de
preferencia. Cada día Dios nos puede hablar de muchas manera y por
muchos medios. Todo es un asunto de si tenemos oídos para oír o no.
Una manera que Dios habla al hombre es a través de Su Palabra; la
Biblia. Este el pivote básico con que Dios habla al hombre porque las
otras maneras que Dios te puede hablar se extienden de este punto. Si
el hombre no quiere creer la Biblia, tres cosas le van a pasar; (1)
Estará totalmente susceptible a que los espíritus malignos le engañan
(II Tesalonisenses 2:8-12). (2) No se va a enterar de la obra de Dios
cuando acontece. En Lucas 16:19-31 los hermanos del hombre rico iban a
dar con la llamas de infierno porque no creían a Moisés (la ley) y los
profetas; o sea la Biblia. Si no creían esto no iban a creer en la
resurrección de Cristo. (3) Se exponen al peligro de la perdición
eterna.
Dios también nos puede hablar a través de nuestra consciencia,
circunstancias en la vida, otros creyentes y por medios de sermones y
literatura cristiana. Pero la manera que Dios ha deseado utilizar para
hablar con nosotros más que todas es por medio de una conversación
personal. Quiero decir que Dios quiere hablar con nosotros cara a cara
con uno de los multiformes aspectos de Su voz. Yo sé que hay muchos que
se abusan de las palabras, "Dios me dijo", pero Dios sí, habla
personalmente con Sus hijos en el siglo 21. Dios esta buscando a
quienes él puede llamar "amigos". Es con éstos que él desea hablar y
manifestar los más íntimos deseos de su corazón para sus vidas.
En este mundo maligno y tenebroso la necesidad más grande es de oír las
Palabras de Luz que salen de su boca. Este es el perfecto amor que echa
fuera todo temor.
(Hechos 27:25) Por tanto, tened buen ánimo amigos, porque yo confío en Dios, que acontecerá exactamente como se me dijo.
Que tremenda era la victoria que Dios apenas les había dado.
Verdaderamente el Dios de su padre Abraham era el único Dios y había
comprobado tajantemente que estaba con ellos. Había cánticos nuevos de
victoria y danzas. Pero pronto se bajó la euforia porque por tres días
no habían encontrado agua y ahora que la encontraron, era agua amarga.
Pero bajo la instrucción del Espíritu Santo, Moisés corta cierto árbol
y lo echó en el agua y se sanaron.
Lo que pasó aquí es un vivo ejemplo a lo que nos hace la falta de
perdón, pero también nos indica el remedio. La primera cosa que pasó
con las aguas amargas era que pronto se olvidaron de la bendición de la
victoria que había vivido y de la seguridad de que Dios, sí, estaba con
ellos. La solución se encuentra en el madero que echaron en el agua o
sea, en la cruz. I Pedro 2:24 dice, quien llevó él mismo nuestros
pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando
muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida
fuisteis sanados.
El agua no es solamente la bebida preferida de los moribundos, es la
esencia de la vida física. Pero la Biblia habla también del agua de
amargura que trae maldición (Números 5:19-27). Este es un asunto
despreciable que nace del egoísmo y los celos irracionales. El egoísmo
te llevará a los celos, los celos a la amargura y la amargura siempre
te lleva a la ruina. Este termino, agua de amargura , me llama la
atención porque cuando la Biblia habla de agua habla de algo que es
el sostén, fuente o propósito de la vida. Cuando la amargura es tu
agua, siempre trae maldición.
Aplicando esta verdad a nuestras vidas, cuando el rencor toma raíz en
nosotros, llega de ser nuestro propósito y motivación en la vida.
Parece que su vida gira en torno de su causa y no progresas más allá de
ella. Cristo dijo, si perdonáis a los hombres sus transgresiones,
también vuestro Padre celestial os perdonará a vosotros.(Mateo 6:14)
Todo esto podemos ver manifestado en la vida de Amán, el enemigo de los
judíos en el libro de Ester. Su animadversión llegó al punto de un
rancio racismo. Podemos ver en él un claro ejemplo de como la amargura
destruye el gozo de todo lo demás que podríamos tener en la vida. En
Ester 5:9-13. Después de haber contado a su esposa y amigos de todos
sus bienes, dijo éstas palabras clásicas, Sin embargo nada de esto me
satisface mientras vea al judío Mardoqueo sentado a la puerta del rey.
(Ester 5:13)
Si llevamos todos nuestros pesares, cargas, pecados y aflicciones a la
cruz, nuestras aguas amargas podrán ser cambiadas en aguas dulces. I
Pedro 5:7 dice, echando toda vuestra ansiedad sobre El, porque El
tiene cuidado de vosotros.
EL AMOR SIEMPRE NOS TRAE LA PAZ Y LA PAZ ES SUPERIOR AL RENCOR.
(Romanos 12:18) Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con todos los hombres.
El hombre lloraba como un niño. Su vida estaba hecha un caos a causa del
matrimonio triste que vivía con su esposa. Su salud se estaba
deteriorando, sus hijos estaban fuera de control y su vida espiritual
estaba en ruinas. Lloraba con él y le aconsejaba, pero la realidad era
que el daño ya se había hecho. Años atrás le aconsejé fuertemente no
casarse que aquella señorita. Como resultado, por un tiempo estaba muy
enojado conmigo.
Hay dos clases de consejeros: buenos y malos. Un buen consejero es una
persona que te ama tanto que esta dispuesto verte triste por un rato
sabiendo que te ha salvado de estar afligido por lo demás de tu vida.
Somos criaturas complicadas, porque muchas en la hora cuando más
necesitamos un buen consejo, es la hora cuando estamos menos dispuestos
a oírlo. El problema con el consejo bueno es que normalmente interfiere
con nuestros planes. Un buen consejero es uno que sabe decir, con
sabiduría, lo que debes oír, no lo que quieres oír.
Proverbios 13:20 dice El que anda con sabios será sabio, mas el
compañero de los necios sufrirá daño. Un hombre sabio siempre rodea a
si mismo con personas que le aman y respetan, pero saben como pensar
independientemente. Amigos que siempre te dicen sí a lo que tu dices
no te van a ayudar a lo largo.
Moisés sufría mucho cuando gobernaba al pueblo de Israel. Pero la
Biblia le llama el hombre más manso en la tierra. Una evidencia de su
mansedumbre era su docilidad al consejo. Su suegro le dio muy buenos
consejos y el día siguiente lo puso por obra. Si no fuera tan manso,
hubiera dicho, Tú ¿Quién eres? Pues Dios habla conmigo cara a cara.
Roboam tuvo problemas como gobernante. También tuvo buenos consejeros,
les pidió su asesoramiento y se lo dieron, pero no les hizo caso. Antes
bien los despreció y menospreció sus admonición. Tampoco pidió a Dios
su consejo.
Asimismo, Roboam tuvo malos consejeros, les pidió su consejo, se lo
dieron, y para comprobar que él mismo era insensato, aceptó como buenos
esos consejos, y se arruinó en lo personal. Peor todavía es que arruinó
al Reino de Israel: Hizo que se dividiera.
Es indispensable que tengamos sabiduría para proceder en todo: hasta
para elegir sus consejeros, y para aceptar y poner en práctica los
buenos consejos. El primer consejero es La Palabra de Dios, porque sin
ella, ni sabremos como escoger buenos consejeros. ¡Cuan bienaventurado
es el hombre que no anda en el consejo de los impíos... (Salmos 1:1)
UNA PERSONA SABIA SIEMPRE TIENE EL OÍDO DÓCIL AL CONSEJO PIADOSO.
(Salmos 73:24) Con tu consejo me guiarás, y después me recibirás en gloria.
El segundo aeropuerto más grande de Japón se encuentra en Osaka. Tiene
apenas seis años y ha superado las expectaciones de todo el mundo...
bueno, las ha superado en un área que nadie esperaba. ¡Se está
hundiendo en el mar mucho más rápido que todos habían calculado! Tómalo
en cuenta; construyeron todo sabiendo que se iba a hundir.
Resulta que el aeródromo esta construido sobre una isla artificial de
1,275 acres y costó 17 mil millones de dólares para levantar. En tres
años se ha hundido catorce metros. El público japonés esta alarmado y
airado porque su hundimiento no es tan solamente geológico, sino
también económico habiendo perdido un promedio de 1.4 mil millones de
dólares por año y con el costo dos veces más que el presupuesto fijado
para el proyecto. Peor todavía y entre la multitud de complicaciones
que existen en este caso es el hecho de que toda esta área esta
históricamente propensa a terremotos.
Personalmente, dudo la sabiduría de hacer una isla artificial para
después edificar sobre ella algo tan importante como uno de los
aeropuertos más importantes del mundo. ¡Mucho menos en el lugar donde
se encuentra! Yo no soy un experto en el asunto de la construcción,
pero sí sé que la parte más importante y claro nunca se alcanza a
apreciar cuando la gloria del edificio es terminado. Hablo de los
cimientos, o sea, el fundamento del edificio. Si tus cimientos son
inestables, desde el principio estás haciendo una construcción para la
destrucción.
Hay millones de personas que están cometiendo un error infinitamente
más horripilante. Hablo de personas que están construyendo sus vidas
enteras sobre la arena de los consejos, pensamientos, valores e ideas
de hombres y no sobre la Roca sólida de la Palabra de Dios.
Cristo dijo que todos los que hacen caso de Sus Palabras y las ponen en
práctica, serán semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la
roca. En cambio, el hombre necio es uno que construye su casa sobre la
arena. La Palabra de Dios es el único fundamente firme sobre el cual
podemos edificar nuestras vidas. La Roca, que es algo inmutable y
seguro es la Palabra de Dios. Pero la arena, se cambia día tras día y
es inestable. Para mí, es lamentable ver la gente sufrir la destrucción
de sus vidas porque se han edificado todo sobre la arena.
Todos estamos construyendo algo: mansiones o chabolas. Lo que sea, lo
más importante es tu fundamento. Si tu base no es Jesucristo y Su
Palabra, estás haciendo una construcción para la destrucción.
SI JESUCRISTO ES EL CIMIENTO DE TU VIDA, ASEGURA QUE LO QUE CONSTRUYES ENCIMA DA HONRA A LA BASE.
(II Timoteo 2:19) No obstante, el sólido fundamento de Dios permanece
firme, teniendo este sello: El Señor conoce a los que son suyos, y: Que
se aparte de la iniquidad todo aquel que menciona el nombre del Señor.
Decenas de controladores del tráfico aéreo que estaban ausentes de sus
puestos el 8 de octubre de 2001, ocasionaron el desastre aéreo más
mortífero en la historia de la aviación en Italia. Los 67 ingenieros y
oficiales del Aeropuerto Internacional Linate en Milán se enfrentan con
cargos criminales reportó el periódico New York Times. Su negligencia
ocasionó una colisión de dos aviones en la pista de aterrizaje
resultando en la muerte de 118 personas. El choque ocurrió cuando un
pequeño Cessna jet se equivocó de pistas y cruzó enfrente de un reactor
de la línea aérea SAS (de Escandinavia), justo cuando la aeronave más
grande estaba despegando.
Al hacer mi indagación de esta tragedia descubrí que en el principio de
la investigación tanto los oficiales del aeropuerto como la prensa
culparon los pilotos (difuntos) por la catástrofe. Pero ahora se ha
descubierto la verdad del asunto. Los que tenían que dirigir el tráfico
en el aeropuerto estaban tranquilos charlando cada cual por su lado,
sin hacer caso de su tan trascendental responsabilidad. Aunque suena
desagradable, la sangre de esta gente esta en sus manos.
Yo viajo mucho y sé cuan importante es el trabajo de los que vigilan
por el bienestar de los viajeros. Pero la responsabilidad del cristiano
de llevar la Palabra de Dios a un mundo en vías del peligro de la
muerte eterna es aun más primordial que la carga de los técnicos
aeronáuticos en todo el mundo.
¿Cuántas veces salimos de nuestras reuniones bendecidos llenos de la
Palabra de Vida y retados para amar y servir a Dios con más hincapié
solamente para guardar todo para nosotros mismos? Algo semejante paso
con el Profeta Ezequiel cuando tuvo una visión tremenda en capitulo
tres de su libro. Dios le llamó para avisar a la gente y le habló
claramente para que fuera a predicar al pueblo. ¿Pero qué hizo? Siete
días estuvo allí sentado entre la gente hasta que Dios volvió con una
severa advertencia diciendo que si no avisaba a la gente él sería
culpable de su sangre.
Pablo entendió la importancia de su llamado y dijo, "¡ay de mí si no
predico el evangelio!". A Dios no le da nada de gusto al pensar que hay
almas que perecen sin la esperanza que nos ha ofrecido la sangre de Su
amado Hijo, Jesucristo. "Diles: "Vivo yo", declara el Señor Dios, "que
no me complazco en la muerte del impío, sino en que el impío se aparte
de su camino y viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos. ¿Por
qué habéis de morir... ?" (Ezequiel 33:11)
SOMOS ATALAYAS PARA EL MUNDO. SI NO AVISAMOS DEL PELIGRO VENIDERO, ESTAMOS FUERA DE NUESTRO PUESTO.
(Romanos 10:14) ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído?
¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber
quien les predique?
Hace casi un año, la familia Hopmans de Davis, California, viajó a las
Islas Canarias para tomar unas vacaciones y tener una reunión con sus
familiares. Un niño de esta familia, Tomás Hopmans, de nueve años de
edad, puso un mensaje en una botella y durante un tour en un crucero
por la costa de África del Norte, la dejó caer en el Océano Atlántico
mientras toda la familia observó como la redoma se iba alejando poco a
poco. La nota simplemente identificaba su autor y hablaba brevemente de
su familia. De allí, la botella flotó hacía el oeste de la costa de
África viajando casi 5,000 kilómetros hasta llegar a la pequeña isla
antillana francesa de Guadalupe.
Todos se habían olvidado del frasco hasta que una carta llegó de
Martine Dalhery, una mujer de la dicha isla, que escribió para decir
que había encontrado a la botella y su mensaje cuando paseaba en la
playa. El niño Tomás contestó a Martine, pero esta vez utilizó a
correos.
La verdad que es un acontecimiento inusitado, pero lastima que muchas
personas creen que las cosas ocurren al azar y no por medio del diseño
especifico de un Soberano Creador. Cada día, Dios contesta la oración
de una manera tan contundente que aunque siempre debe provocar al
creyente hacía la profunda gratitud, no le debe sorprender un absoluto.
Gracias a Dios que al ser un pueblo de fe podemos reconocer la mano de
Dios obrando en nuestras vidas y darle las gracias y la gloria por sus
proezas a nuestro favor.
Lo más importante es que tengamos nuestros ojos y nuestro entendimiento
abiertos para poder ver lo que Dios esta haciendo en nuestras vidas. En
más de 30 años de ministerio he aconsejado a cantidades de personas
que, según ellos, están sufriendo a causa de sus muchas dificultades.
Pero la realidad es que están sufriendo porque sus ojos no están
abiertos para ver todas las cosas hermosas que Dios sí, ha hecho en sus
vidas. No es una novedad porque tenemos un caso de la misma cosa en el
Nuevo Testamento.
El rey Herodes había tomado preso a algunos hermanos y había matado a
Jacobo, hermano de Juan. Tenía los planes de matar a Pedro el día
siguiente. Pero Dios tenía otros planes porque los hermanos,
sabiamente, estaban velando en la oración para que el poder de Dios
librara a Pedro milagrosamente. Dios, fiel a Sus promesas, contestó la
oración aún mientras oraban. Pero sus ojos no estaban abiertos para ver
y creer en su propia confesión de fe. Es más, cuando oyeron la noticia
de que Pedro había llegado, llamaron a la mensajera loca. Quizás
dijeron, "¡Rode, no nos molesta con tonterías diciendo que Pedro esta a
fuera! ¿Que no ves que estamos orando para que Dios le libre de la mano
de Herodes?" En este sentido, al riesgo de hablar contradictoriamente,
eran creyentes incrédulos.
LA INCREDULIDAD CIERRA NUESTROS OJOS PARA NO VER TODO LOS QUE DIOS ESTA HACIENDO.
(I Juan 5:14) Y esta es la confianza que tenemos delante de Él, que si
pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, Él nos oye.
Autor del escrito: Hno. Prince Parker
Algunos coches vienen equipados con características normales como
elevalunas electrónicas, dirección y frenos hidráulicos y distintivos
semejantes. Pero un hombre en Nuevo Méjico recibió una característica
añadida muy insólita en un vehículo que compró recientemente. Mientras
reparaba los frenos de emergencias descubrió cinco kilos de cocaína
bajo el tablero del automóvil. Si me preguntes dónde compró el mentado
auto te diré; en una subasta de propiedades que la policía había
confiscado de criminales arrestados por sus actividades nefastas.
Gracias a Dios, que el hombre era un ciudadano honrado porque
rápidamente contactó la policía y ellos controlaron la situación. Estoy
seguro que la próxima vez las autoridades van a registrar sus artículos
decomisados con más diligencia.
Pero tal como este hombre adquirió su nueva propiedad sin saber que
llevaba en si una cosa mala de los que la tenía antes, muchas veces
nosotros recibimos herencias malas de nuestros padres y antepasados.
Llamamos estas herencias malas, "maldiciones generacionales" y tienen
una multiplicidad de manifestaciones. Por esto hay familias de generación tras generación con mal genio, divorcios, vicios,
criminalidad, infidelidad matrimonial, muertes prematuras y cuantiosas
cosas por el estilo. El sencillo hecho de que el
mundo está lleno de pecadores y pecado es una gran evidencia de la
maldición generacional que recibimos de nuestro padre Adán. Pero aparte
de esto, hay espíritus malignos particulares que han sido plagas para
ciertas familias cuyos antepasados cedieron lugar a ellos por medio de
determinados pecados. Estas entidades se han encargado a destruir la
posteridad de ellos.
La Biblia nos dice que "Cristo nos redimió de la maldición de la ley,
habiéndose hecho maldición por nosotros. . ." (Gálatas 3:13). Pero
muchas de estas maldiciones no son maldiciones de la ley sino que son
anatemas que existieron antes de la ley y no a causa de ella. Es más,
cuando Dios se reveló a Moisés en el monte Sinaí se presentó a si mismo
como, ". . . el que guarda misericordia a millares, el que perdona la
iniquidad, la transgresión y el pecado, y que no tendrá por inocente al
culpable; el que castiga la iniquidad de los padres sobre los hijos y
sobre los hijos de los hijos hasta la tercera y cuarta generación."
(Éxodo 34:7).
Las maldiciones generacionales no son cosas ineludibles porque la
Biblia nos dice que cuando confesamos nuestros pecados a Él y nos
arrepentimos de ellos seremos perdonados. Pero también tenemos que
reconocer las plagas de los pecados generacionales y específicamente
confesarlos y en el nombre de Cristo, quebrantar el eslabón de esta
maligna cadena sobre nuestras vidas y las vidas de nuestros hijos.
SI QUEREMOS SER PERDONADOS, LIBRES O SANOS, NO VIENE AUTOMÁTICAMENTE. TENEMOS QUE PEDIRLO.
(Éxodo 34:6) El Señor, el Señor, Dios compasivo y clemente, lento para
la ira y abundante en misericordia y verdad; el que guarda misericordia
a millares, el que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado.
Durante el tiempo de guerra una multitud de personas comienzan a
"buscar a Dios". Pero a causa de sus circunstancias y la postura de sus
corazones, muchos solamente alcanzan a la religión. Quizás será como un
soldado dijo, "Algún tiempo antes de la guerra, acostumbraba ir a la
iglesia; pero le diré a usted, señor, lo que pasa ahora: aquí en las
trincheras, tornamos a la religión con una bomba".
Una decisión de calidad proviene de un corazón que ha tomado bien en
cuenta el precio de todo lo que la determinación involucra. Cuando
Jesucristo vio las grandes multitudes que querían acompañarle, les dijo
que era mejor que se detuvieran para considerar el precio la una
decisión de ser Su discípulo. Por eso dijo, "¿Quién de vosotros,
deseando edificar una torre, no se sienta primero y calcula el costo,
para ver si tiene lo suficiente para
terminarla?" (Lucas 14:28).
Toda tu vida depende de las decisiones que haces. El amor, un elemento
fundamental en la plenitud, paz y felicidad de tu vida no es una
emoción sino una decisión. Cuando Dios dijo que debemos amarle con todo
el corazón, mente, alma y ser, estaba exigiendo una decisión. Cuando
dijo que debemos amar a nuestros enemigos, una imposibilidad emocional,
estaba exigiendo una decisión. Dios ha puesto delante de nosotros la
vida y la muerte. Eso quiere
decir que el factor que determina si el hombre vive o muere
espiritualmente ha quedado con el hombre. La indecisión, en si, es una
decisión.
El Pastor Art Sepulveda de la Iglesia Palabra de Vida de Honolulu dijo
tan acertadamente que donde no hay decisión, no hay poder. Confiar en
Dios es una decisión. Es más, piénsalo así, cualquier mandato de Dios
requiere una decisión de tu parte.
La última cosa que quiero mencionar es sumamente importante. El estado
de tu vida es una decisión. Sea tu victoria o tu derrota, todo es una
elección tuya. Dios puso decisiones delante de faraón. El estado de
faraón y todo Egipto estaba en sus manos. Moisés le dijo, "Dígnate
decirme cuando he de rogar por ti, por tus siervos y por tu pueblo,
para que las ranas sean quitadas de ti y de tus casas y queden
solamente en el río." (Éxodo 8:9) Le preguntó directamente cuando
quería ser libre de su plaga. ¿Y qué contestó? "Mañana." Por alguna
razón, no quería ser libre hoy. Por esta razón Cristo preguntó al cojo,
¿Quieres ser sano? Algunas personas escogen vivir bajo sus
circunstancias negativas.
TOMA LA DECISIÓN DE TENER VICTORIA Y CAMBIO EN TU VIDA HOY
(Deuteronomio 30:19) Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos
contra vosotros de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la
bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu
descendencia
Cuando Mazarino, señor de Francia un tiempo, se sintió llegar a las
puertas de la muerte, mandó le trajesen todos sus tesoros par verlos
por última vez. Su cámara se convirtió en un joyelero de riquezas y en
un museo de arte. Mirándolo todo con ojos desencajados, crispaba sus
manos sobre la ropa de su cama, y gemía: ¡Y pensar que lo pierdo todo!
¡Y pensar que lo he de dejar todo! Y así murió el avaro.
El dinero ha sido puesto delante de los ojos de los hombres como la
panacea de la vida. Pero Salomón dijo, "El que ama el dinero no se
saciará de dinero, y el que ama la abundancia no se saciará de
ganancias." Cristo añadió con más franqueza diciendo que no podríamos
servir a Dios y el dinero. (Eclesiastés 5:10) No obstante, la gente
vive y muere cada día para echar mano a este elusivo ídolo.
¿Porqué? Porque según el mundo, "El dinero es poder". Ese principio
mueve a la mayoría de las culturas del mundo. La gente se pelea por
obtener riquezas, a menudo pagando el precio de la integridad personal,
para adquirir el poder de vivir donde quieran y como quieran, y tener
lo que quieran.
En una cultura que adora el dinero, los creyentes en Jesucristo están
en peligro de hacer lo mismo. Algunos usan su dinero para controlar a
sus familias, o puede que amenacen con dejar de dar a la iglesia si no
se hace lo que ellos quieren. El factor en común es el egoísmo; el
"YO". Yo quiero dinero para tener poder para servirme a mí mismo.
¡Qué diferente de Jesús! Él tenía poder sobre las enfermedades y lo
usaba para sanar a los enfermos. Tenía poder sobre el mar, y lo usaba
para quitar el temor. Tenía poder para crear, y alimentó a miles. Tenía
poder sobre el pecado, y perdonaba a los pecadores. Tenía poder sobre
su propia vida, pero renunció a él voluntariamente para salvar a todo
el que lo invoque (Romanos 10:13).
Jesús poseía todo el poder, pero lo usaba para servir a los demás. Los
discípulos lo llamaron "Señor" en el Aposento Alto, y sin embargo, allí
sólo fue un siervo (Juan 13:2-17). ¡Él les lavó los pies! Cuando Pedro
protestó Jesús contestó: "Si no te lavare, no tendrás parte conmigo"
(versículo 8).
En vez de usar el dinero o cualquier otra cosa para fines egoístas,
úsalo para servir a los demás. Esa es la manera correcta de usar el
poder.
MIENTRAS MÁS SIRVAMOS A CRISTO, MENOS SERVIREMOS AL YO.
(Proverbios 11:4) De nada sirven las riquezas el día de la ira, pero la justicia libra de la muerte.
En Dallas, Texas, vive una señora de porte humilde pero digna. No hay
nada de ella que indica una valentía sobrenatural. Pero esta sencilla
dama fue premiada con la medalla "La Estrella de Plata", una de las
condecoraciones más altas dadas a integrantes de los servicios
militares en los Estados Unidos. Su nombre Mary Williams, pero los
soldados le dieron el apodo de "El Ángel de Ánzio".
Durante La Segunda Guerra Mundial en Italia, Mary estaba encargada con
cincuenta enfermeras militares cuando su batallón se involucró en una
batalla. Pero las fuerzas aliadas estaban sufriendo grandes bajas ante
el ejercito de los nazis. La batalla se iba de mal en peor de tal
manera que las balas atravesaron la carpa del hospital provisional
cuando ella asistía al cirujano durante una intervención quirúrgica.
Al deteriorar aún más la situación y parecía que todo estaba perdido,
ordenaron que evacuaran todas las enfermeras. Pero Mary se había
identificado tanto con los hombres que había venido a servir que rehusó
ir durante la hora de menos esperanza diciendo, "¿Cómo puedo ir si yo
soy uno de ellos?".
Doy las gracias a Dios que Él nunca me ha abandonado. Ha prometido
recalcadamente no abandonarme y aunque no lo entiendo, Dios se ha
identificado con el dilema de la humanidad. Tal como a veces uno tiene
amigos que se sienten más como familia que los mismos familiares. De la
misma manera, hay períodos cuando sentimos que no hay nadie en el mundo
entero que nos podrá entender o saber cómo sentimos. Lo raro es que
Dios,
quien no es un ser humano, nos entiende y compadece a la perfección.
Para hacernos ver y entender que nos ama y para mostrar que nos
entiende, se hizo carne. Vino a la tierra y nació para tomar un cuerpo
humano. Dice Hebreos 10:5, "Por lo cual, al entrar Él en el mundo,
dice: Sacrificio y ofrenda no has querido, pero un cuerpo has preparado
para mí". Aunque no hay nada que se ha ocultado de los ojos y la
perspicacia de Dios, al vestirse de un cuerpo humano, experimentó todo
lo que un ser humano podría sufrir. Aún experimentó el resultado máximo
de la paga del pecado sin haber pecado Él mismo.
Al pensar en esto creo que es una de las razones que la Navidad se
encuentra tan cerca del Año Nuevo. La idea es que, al celebrar el
nacimiento de Cristo, Dios nos recuerda que Cristo vino principalmente
para buscar y salvar lo que se había perdido. Él vino a salvarnos y no
lo hizo para abandonarnos después. Al entrar en el año nuevo, tenemos
esta gran verdad recientemente reforzada en nuestras almas. Sabemos que
sea lo que sea este nuevo año, Dios estará con nosotros en medio de
todo y nunca nos abandonará.
RECUERDA, ES IMPOSIBLE QUE DIOS MIENTE.
(Hebreos 13:5) ... porque El mismo ha dicho: Nunca te dejaré ni te desampararé,
Un día, un capataz le trajo la noticia a su jefe de que uno de los
caballos había caído en un viejo pozo abandonado. El pozo era muy
profundo y seria considerablemente difícil sacar el caballo de allí. El
dueño de la bestia fue rápidamente hasta el lugar del incidente y
revisó la situación asegurándose que el animal no se había lastimado.
Pero, por la dificultad y el alto precio para sacarlo del fondo del
pozo, creyó que no valía la pena invertir en la operación de rescate.
Tomó, entonces, la difícil decisión: Determinó sacrificase al animal
tirando tierra en el pozo hasta enterrarlo, allí mismo. Y así se hizo.
Los empleados, comenzaron a lanzar tierra adentro del pozo. Pero, a
medida que la tierra caía en el animal, éste la sacudía y se iba
acumulando en el fondo. El animal pisoteaba la tierra e iba subiendo
poco a poco. Los obreros se dieron cuenta que el caballo no se dejaba
enterrar, sino al contrario, estaba subiendo hasta que finalmente,
consiguió salir.
Es interesante notar que Pablo, en sus cartas a los corintios,
numerosas veces habla de las dificultades y pruebas que él ha tenido en
su esfuerzo de servir al Señor Jesucristo. La cosa notable es que de
ninguna manera son quejas, sino testimonios de como Dios le ha ayudado
en medio de sus horas más tenebrosas.
En estas cartas encontraremos dos clases de promesas tocante al
creyente y las pruebas que podríamos encarar en esta vida. La primera
promesa es cuando nos dice que nos librará del mal (II Corintios 1:10)
y la segunda es que nos ayudaría en medio de nuestra dificultad (II
Corintios 12:9). Lo que nos toca a entender es que la victoria en la
vida cristiana no consiste en la ausencia de los problemas, sino en paz
y la seguridad de la presencia de Dios con nosotros a pesar de
cualquier contrariedad. Por esta razón II Corintios 2:14 dice "Pero
gracias a Dios, que en Cristo siempre nos lleva en triunfo, y que por
medio de nosotros manifiesta en todo lugar la fragancia de su
conocimiento".
Hay creyentes que no entienden la paz que Dios nos da durante los
tiempos difíciles y lo interpreten de una manera que les hacen pensar
que Dios quiere que se queden allí bajo la tierra de las situaciones y
condiciones negativas y desagradables. Pero no es así. Porque que
juntamente con la prueba viene la vía de escape (I Corintios 10:13).
Si te sientes que estas en un pozo y las situaciones de la vida lanzan
sobre ti la tierra de la opresión y la negatividad, recuerda el caballo
de esta historia. No aceptes la tierra que tiraron sobre ti, sacúdela y
sube sobre ella. Y cuanto más echen, mas iras subiendo entre tanto que
alabas, adoras y confías en Cristo.
AÚN EL CAMPEÓN PÚGIL MÁS VICTORIOSO HA SUFRIDO GOLPES.
(I Corintios 15:57) pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Eres quien eres por una razón,
Eres parte de un plan minucioso,
Eres criatura singular, diseño hermoso,
Llamado por Dios hombre o mujer.
Vas tras la búsqueda de una razón,
Errores no comete Dios,
Te entretejió en el vientre, no eres ilusión.
Eres justo lo que él quería hacer.
A quienes tienes por padres Él eligió,
Pese a cómo te sientas por ello,
De acuerdo con Su plan los escogió,
Del Maestro llevan su sello,
No fue fácil encarar esa emoción,
Dios lloro al verte sufrir,
Lo permitió para formar tu corazón,
Para que a su semejanza puedas vivir.
Eres quien eres por una razón,
La vara del maestro te formó,
Eres quien eres, por amor.
La verdad, !Hay un DIOS!.
(Poema escrito por Russell Kelfer)
Un día, un rabino recibió la visita de un hombre muy religioso, muy rico y muy avaro. El rabino le llevó a una ventana. ¿Qué ves?, le preguntó. Veo gente, le respondió el rico. Entonces el rabino lo llevó ante el espejo. ¿Y ahora qué ves?, volvió a preguntarle. Me veo a mí mismo le contestó. El rabino entonces le dijo, Pues, en la ventana como en el espejo, hay un cristal; sólo que el del espejo se halla recubierto por una capa de plata y, a causa de la plata, no se ve el prójimo, sino se ve uno a sí mismo.
No conozco a nadie que alguna vez no ha querido tener riquezas; aunque
los motivos podrán variar de una persona a otra. Estoy plenamente
convencido del hecho de que no hay nada en si de malo con las riquezas.
También sé que el tener mucho dinero hace que la vida sea mucho más
complicada. A veces pienso que si en verdad fuera un problema tener
riquezas, no me importaría tener esta clase de problema. Pero la verdad
es que creo que muchos no tienen riquezas porque tenerlas significaría
su ruina. Porque el verdadero problema consiste no en poseer riquezas,
sino en ser poseído por ellas. Si mis riquezas controlan mi vida de tal
manera que no puedo ser todo lo que Jesucristo ha propuesto para mí en
mi vida, mis riquezas han llegado a ser un dios para mí.
Todo es una cuestión de perspectiva. Yo puedo hacer que una moneda sea,
supuestamente, más grande que el sol... si lo pongo directamente en
frente de mi ojo. De esta manera la pequeña moneda alcanza a tapar
objetos millones de veces más grandes que ella. Aveces así exageramos
la importancia del dinero. La Biblia dice,
Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. (I Timoteo 6:8)
Yo no creo que alguien es más espiritual porque es pobre. De hecho, ser
pobre a veces es evidencia de la destitución y cesantía espiritual. A
veces es evidente que si estas personas tuvieron la vida que Jesucristo
desea para ellos no estarían en tales condiciones. Pero por el otros
lado, tener abundancia tampoco es una indicación de la espiritualidad.
Puede ser indicativo de todo lo contrario.
A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la
esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios
vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las
disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos,
generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que
echen mano de la vida eterna. (I Timoteo 6:17-19)
SEA COMO SEA NUESTRA CONDICIÓN ECONÓMICA, NO PODEMOS SERVIR A DIOS Y EL DINERO.
(Proverbios 11:4) No aprovecharán las riquezas en el día de la ira; Mas la justicia librará de muerte.
Anoche soñé que estaba fumando un cigarro puro; la clase que fuma Fidel
Castro. Más raro todavía era que encontraba un gusto tan tremendo en el
acto que mascaba el tabaco como un vaquero y me gustaba el sabor.
Terminaba comiendo aquella hoja venenosa como si fuera un gusto alocado.
Lo más raro de todo el asunto es que nunca he fumado tabaco y jamás he
tenido un deseo de hacerlo. Aunque no es un problema para mí, para
millones de personas el tabaco u otra cosa podrá representar una prueba
y tentación que para ellos parece ser insuperable. Entre esta multitud
se encuentran grandes cantidades de creyentes. Hay otros hermanos suyos
que han superado esta debilidad o, como tu servidor, no sufren esta
tentación en particular.
Desdichadamente, muchos de los del grupo sin dicho problema se sienten
con una libertad despiadada de atropellar a los que sufren todavía bajo
este yugo. Se asemejan a las gallinas que siempre pican a la más débil
en vez de ayudarla. La hipocresía de estas acciones se encuentra en el
hecho de que todo el mundo tiene una área débil. Conozco a cristianos
que no fuman o beben bebidas alcohólicas y se creen superiores, pero
pesan diez o hasta treinta kilos sobre su peso debido. Son glotones o
perezosos y hacen la misma cantidad de daño a sus cuerpos que el otro hermano que fuma, pero
por alguna razón la iglesia ha dado licencia a este pecado entretanto
que condenan al otro.
No hay nadie "a prueba de tentaciones". Hasta los cristianos maduros
tienen debilidades en su armadura espiritual que los hacen vulnerables
a las heridas de un ataque por parte del enemigo de sus almas. Nuestro
orgullo puede proporcionar la apertura que se necesita para que entre
un afilado dardo satánico. Lo mismo pueden hacer el amor al dinero, el
mal genio, una lengua crítica o la impaciencia crónica.
Después de todo, ¿qué es la tentación? Es toda seducción a pensar,
decir o hacer algo contrario a la santa voluntad de Dios. Puede ser un
débil impulso o un fuerte deseo. Es cualquier cosa que vaya contra lo
que Dios aprueba o desea para nosotros. Cada uno de nosotros debe
preguntarse: ¿cuál es mi debilidad? Necesitamos conocer nuestras debilidades, las formas en que nos pueden herir espiritualmente con
facilidad. Luego, al apoyarnos en el Señor para que nos ayude,
estaremos protegidos de "los dardos de fuego del maligno" (Efesios
6:16).
NUESTRA MAYOR DEBILIDAD PUEDE SER NO PEDIR A DIOS QUE NOS DÉ FORTALEZA.
(Mateo 6:13) Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal...
En la historia de la China hay un relato de un hombre llamado Nan
Guo. En el período que conocemos como "Los Reinos En Guerra", durante
los siglos tres a cinco antes de Cristo, existía un reino llamado Qi.
El rey de Qi le gustaba mucho la música tocada en el 'yu', un
instrumento de viento. De manera que hizo una banda que consistía de
trecientos 'yues' y los puso a un buen sueldo. Cada día a la hora de la
comida la orquesta fue llamada para tocar para el rey.
Ahora bien, uno de los "músicos", el Señor Nan Guo, no sabía nada de su
instrumento. No obstante, cada día jugaba la parte de músico y fingía
con sus gestos que tocaba su 'yu' y todo el mundo creía que él era
parte de la agrupación musical. Nadie sabía la verdad.
Un día falleció el rey y el príncipe tomó el trono. Pero el nuevo rey
no le gustaba la música de la orquesta sino la música del 'yu' tocada
sola. Así que día tras día llamaba un músico diferente para tocar en su
presencia durante su hora de la comida. El Señor Nan Guo no pudo
esconder más y sus años de robo y engaño fueron descubiertos.
No sé si es un hecho histórico o una leyenda, pero sé que los creyentes
chinos ocupan esta narración para describir a los que quieren
infiltrarse entre los cristianos para traicionarlos y entregarlos a las
autoridades para ser encarcelados.
Pero para mí, la historia tiene un mensaje aún más fuerte y me hace
pensar en una parábola que Cristo contó. Esta parábola hablaba de un
hombre que sembró buena semilla en su campo y el enemigo vino después y
sembró cizaña.
La cosa engañosa de la cizaña es que al principio el aspecto de ambos
es muy semejante. La diferencia entre los dos es que el trigo tiene el
grano y la cizaña es hueca. Ambos crecen juntos y no se nota la
diferencia hasta que el peso del grano hace doblar el trigo. O sea, el
creyente sincero y el hipócrita pueden estar juntos en la iglesia. Pero
viene el día de la cosecha cuando Dios descubrirá a todos que "están entre los de su orquesta sin
saber como tocar su instrumento" y serán juzgados por su hipocresía.
NADIE PUEDE ENGAÑAR A DIOS. HOY ES EL DÍA DE SINCERARSE CON ÉL.
(I Pedro 4:17) Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa
de Dios; y si comienza por nosotros primero, ¿cuál será el fin de los
que no obedecen al evangelio de Dios?
Un nuevo estudio acreditado ha comprobado rotundamente que el estar
sobre peso achica los años de tu vida. Es una ciencia común de que la
gordura corporal contribuya a padecimientos potencialmente mortíferas
como la embolia, diabetes y enfermedades cardíacas. Estos peligros
aumentan prolíficamente si el individuo fuma y/o tiene alrededor de los
40 años de edad. "Estar sobre peso te resta entre tres y siete años de
vida" dijo el Dr. Robert Eckel. Este estudio realizado por
investigadores holandeses tomó datos reunidos de 3,457 adultos entre
las edades de 28 a 62 años entre 1948 y 1990.
La cuestión de nuestra condición física parece ser un tema olvidado o
intocable en nuestras iglesias hoy y mucho menos cuando se trata de la
obesidad. Con toda sinceridad nadie quiere ofender a su hermano y por
eso nunca se menciona. Pero cada vez más los feligreses llegan a
nuestros altares pidiendo la oración por algún achaque que esta
sufriendo y muchas veces estas aflicciones son el resultado de malos
hábitos dietéticos. En raras ocasiones la adiposidad es el resultado de
una verdadera anomalía en algunas funciones glandulares en el cuerpo y
algunas personas naturalmente son de constitución fuerte y hueso
grande; esto se entiende. Pero la gran mayoría de las personas son
obesas a causa de la intemperancia con la cantidad de comida que
consume, la vida sedentaria, o sea, falta de ejercicio y mucha falta de
juicio en lo que come.
Una de las grandes hipocresías que existe en la iglesia es la rotunda
condenación del tabaco y la tolerancia que hay sobre los que están
sobre peso. No quiero condenar ni uno ni otros, pero vemos predicadores
y feligreses gordos y nadie dice nada. Pero el daño de la gordura es
igual que el daño que causa la nicotina. No censuran todas las
golosinas que ingieren los creyentes, y muchos consuman cantidades
horribles de estas cosas. Pero la cantidad de grasas, azúcar, sal y
sustancias sintéticas es algo que perjudica el cuerpo funestamente.
Argumentamos que nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo y el
tabaco y el consumo desmesurado del alcohol son dañinas. Pero estas
otras cosas resultan en el mismo daño, no obstante casi todo el mundo
se sienta con la completa libertad para participar en ellas.
En cuanto al ejercicio citan el famoso versículo, "porque el ejercicio
físico aprovecha poco, pero la piedad es provechosa para todo, pues
tiene promesa para la vida presente y también para la futura" (I
Timoteo 4:8), como excusa por no mantener el templo en buenas
condiciones. Pero debemos considerar con toda sobriedad, que un mínimo
de ejercicio riguroso por quince minutos por día tres veces en la
semana puede añadir años a tu vida.
Todo creyente debe recordar que el propósito principal de nuestra vida
es de dar gloria a nuestro amado Señor Jesucristo. Esto no podemos
hacer eficazmente si estamos mofletudos, desbaratados con las
enfermedades (que nosotros mismo hemos ocasionado) o muertos. Tu buena
salud es la voluntad de Dios para tu vida.
CON LOS AÑOS QUE DIOS ME DA, QUIERO GLORIFICAR A JESUCRISTO.
(Éxodo 15:26) Y dijo: Si escuchas atentamente la voz del Señor tu Dios,
y haces lo que es recto ante sus ojos, y escuchas sus mandamientos, y
guardas todos sus estatutos, no te enviaré ninguna de las enfermedades
que envié sobre los egipcios; porque yo, el Señor, soy tu sanador.