Hace poco aconteció un caso clásico en Jerusalén. Un empresario israelí
sufrió un infarto cuando pidió una cortesana para acompañarle en su
habitación en un hotel y abrió la puerta para encontrar a su hija. Pero
su caso se empeoró porque una vez dado de alta del hospital confesó la
experiencia a su esposa. Ella prometió entregarse al rescate y
restauración de su hija, pero también exigió de inmediato el divorcio.
Este padre se dio cuenta de la manera más inhóspita, que ser padre y esposo es mucho más que hablar unos buenos consejos de cómo los hijos deben vivir sus vidas. Su caso es muy lamentable, pero cuantas personas se han creído que no han tenido la responsabilidad de ser ejemplos morales en sus hogares o en público.
La hipocresía se manifiesta en casi todos los sectores de la sociedad moderna. En el comercio, la política, la medicina, las instituciones educativas, el hogar y la iglesia vemos la plaga de la impureza. Lo raro es que a nadie le agrada la insinceridad y todos la critican (que para muchos, en si, es una forma de gazmoñería). He visto un doctor (médico) fumando cigarrillos mientras criticaba a los campesinos que atendía porque no tenían de buenas prácticas de salubridad. También he visto maestros de escuela hacer trampa en los exámenes que tenían que tomar para actualizar sus conocimientos.
La forma de falsedad más agredida es la que se ha encontrado entre los que se dicen ser cristianos. Parece que el mundo criticará a los cristianos si hacen o no hacen, pero esto no es el punto. Es así porque todo el mundo sabe que la iglesia debe ser la consciencia moral de la comunidad. Lo que es necesario entender es que el cristiano es un timón moral, la estrella del norte con la cual aquellos que no conocen a Dios se enteran cuan lejos que han desviado de los caminos debidos de sus vidas.
Las criticas son pruebas. Es como una persona que quiere cruzar un puente de tablas imperfectas (tal como somos). Casi siempre entrará con cautela haciendo probanza a cada tabla antes que lo pisa con confianza. La persona que no ha puesto su confianza en Dios quiere saber si en verdad hay alguien que conoce a Dios o si todo el mundo es tan falso como el mundo en que él vive. Es una comprobación de sinceridad para ver si eres, en verdad, un cristiano. Pensando en esto, uno de los críticos más agresivos de la hipocresía religiosa era el mismo Jesucristo. Él busca la pureza de corazón (entregada sinceridad) entre los que dicen ser sus seguidores.
EL NOMBRE QUE HEMOS INVOCADO SOBRE NUESTRAS VIDAS CONTIENE LA ESPERANZA DEL MUNDO ENTERO.
(Salmos 139:23-24) Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis inquietudes. Y ve si hay en mí camino malo, y guíame en el camino eterno.
Este padre se dio cuenta de la manera más inhóspita, que ser padre y esposo es mucho más que hablar unos buenos consejos de cómo los hijos deben vivir sus vidas. Su caso es muy lamentable, pero cuantas personas se han creído que no han tenido la responsabilidad de ser ejemplos morales en sus hogares o en público.
La hipocresía se manifiesta en casi todos los sectores de la sociedad moderna. En el comercio, la política, la medicina, las instituciones educativas, el hogar y la iglesia vemos la plaga de la impureza. Lo raro es que a nadie le agrada la insinceridad y todos la critican (que para muchos, en si, es una forma de gazmoñería). He visto un doctor (médico) fumando cigarrillos mientras criticaba a los campesinos que atendía porque no tenían de buenas prácticas de salubridad. También he visto maestros de escuela hacer trampa en los exámenes que tenían que tomar para actualizar sus conocimientos.
La forma de falsedad más agredida es la que se ha encontrado entre los que se dicen ser cristianos. Parece que el mundo criticará a los cristianos si hacen o no hacen, pero esto no es el punto. Es así porque todo el mundo sabe que la iglesia debe ser la consciencia moral de la comunidad. Lo que es necesario entender es que el cristiano es un timón moral, la estrella del norte con la cual aquellos que no conocen a Dios se enteran cuan lejos que han desviado de los caminos debidos de sus vidas.
Las criticas son pruebas. Es como una persona que quiere cruzar un puente de tablas imperfectas (tal como somos). Casi siempre entrará con cautela haciendo probanza a cada tabla antes que lo pisa con confianza. La persona que no ha puesto su confianza en Dios quiere saber si en verdad hay alguien que conoce a Dios o si todo el mundo es tan falso como el mundo en que él vive. Es una comprobación de sinceridad para ver si eres, en verdad, un cristiano. Pensando en esto, uno de los críticos más agresivos de la hipocresía religiosa era el mismo Jesucristo. Él busca la pureza de corazón (entregada sinceridad) entre los que dicen ser sus seguidores.
EL NOMBRE QUE HEMOS INVOCADO SOBRE NUESTRAS VIDAS CONTIENE LA ESPERANZA DEL MUNDO ENTERO.
(Salmos 139:23-24) Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis inquietudes. Y ve si hay en mí camino malo, y guíame en el camino eterno.
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