Un hombre fue a una peluquería a cortarse el cabello, entabló una
conversación con la persona que le atendió. De pronto, tocaron el tema
de Dios. El barbero dijo, "Yo no creo que Dios exista, como usted
dice". Sorprendido, el cliente preguntó, "¿Por qué dice usted eso?"
"Es muy fácil, al salir a la calle se da cuenta de que Dios no existe. O dígame, acaso si Dios existiera, ¿habría tantos enfermos? ¿Habría niños abandonados? Si Dios existiera, no habría sufrimiento ni tanto dolor para la humanidad. No puedo pensar que exista un Dios que permita todas estas cosas." El cliente se quedó pensando y no quiso responder para evitar una discusión. Al terminar su trabajo, el cliente salió del negocio y vio a un hombre con la barba y el cabello largo. Entró de nuevo a la barbería y le dijo al barbero. "¿Sabe una cosa? Los barberos no existen."
"¿Cómo? Si aquí estoy yo" replicó el peluquero. "¡No!" dijo el cliente, "no existen porque si existieran no habría personas con el pelo y la barba tan larga como la de ese hombre."
"Los barberos sí existen. Es que esas personas no vienen hacia mí" contestó el afeitador. "¡Exacto!" dijo el cliente. "Ese es el punto. ¡Dios sí existe! Lo que pasa es que las personas no van hacia él y no le buscan, por eso hay tanto dolor y miseria."
Una cosa que tenemos que entender es que la Biblia nunca discuta la existencia de Dios porque es algo orgánicamente entendido por la creación. Nadie es por naturaleza un "ateo" sino que el ateísmo es una manera de pensar que las personas tienen que buscar rechazando sus propios razonamientos e inclinaciones naturales.
En Romanos 1 el Apóstol Pablo explica elocuentemente que toda la creación es una evidencia palpable de la existencia de Dios. Con todo, el instrumento predilecto que Dios tiene para testificar de su existencia no es la creación. Tampoco son los ángeles. Aunque Dios usó a los ángeles para traernos la ley (Hechos 7:53) ellos no tienen el privilegio de ser portavoces de la manifestación de la gracia de Dios hacia los hombres. (La última vez que los usó para proclamar las Buenas Nuevas era en el nacimiento de Cristo. Lucas 2:8-15)
Su instrumento escogido es el ser humano: tú y yo. Es la responsabilidad de los que hemos tenido un encuentro personal con Él dejar el mundo saber que Dios sí es real y se manifestó en la carne cuando nación en Belén.
LA BIBLIA DICE QUE ES EL NECIO, NO EL ATEO, QUE DICE QUE NO HAY DIOS.
(II Corintios 4:3) Y si todavía nuestro evangelio está velado, para los que se pierden está velado.
"Es muy fácil, al salir a la calle se da cuenta de que Dios no existe. O dígame, acaso si Dios existiera, ¿habría tantos enfermos? ¿Habría niños abandonados? Si Dios existiera, no habría sufrimiento ni tanto dolor para la humanidad. No puedo pensar que exista un Dios que permita todas estas cosas." El cliente se quedó pensando y no quiso responder para evitar una discusión. Al terminar su trabajo, el cliente salió del negocio y vio a un hombre con la barba y el cabello largo. Entró de nuevo a la barbería y le dijo al barbero. "¿Sabe una cosa? Los barberos no existen."
"¿Cómo? Si aquí estoy yo" replicó el peluquero. "¡No!" dijo el cliente, "no existen porque si existieran no habría personas con el pelo y la barba tan larga como la de ese hombre."
"Los barberos sí existen. Es que esas personas no vienen hacia mí" contestó el afeitador. "¡Exacto!" dijo el cliente. "Ese es el punto. ¡Dios sí existe! Lo que pasa es que las personas no van hacia él y no le buscan, por eso hay tanto dolor y miseria."
Una cosa que tenemos que entender es que la Biblia nunca discuta la existencia de Dios porque es algo orgánicamente entendido por la creación. Nadie es por naturaleza un "ateo" sino que el ateísmo es una manera de pensar que las personas tienen que buscar rechazando sus propios razonamientos e inclinaciones naturales.
En Romanos 1 el Apóstol Pablo explica elocuentemente que toda la creación es una evidencia palpable de la existencia de Dios. Con todo, el instrumento predilecto que Dios tiene para testificar de su existencia no es la creación. Tampoco son los ángeles. Aunque Dios usó a los ángeles para traernos la ley (Hechos 7:53) ellos no tienen el privilegio de ser portavoces de la manifestación de la gracia de Dios hacia los hombres. (La última vez que los usó para proclamar las Buenas Nuevas era en el nacimiento de Cristo. Lucas 2:8-15)
Su instrumento escogido es el ser humano: tú y yo. Es la responsabilidad de los que hemos tenido un encuentro personal con Él dejar el mundo saber que Dios sí es real y se manifestó en la carne cuando nación en Belén.
LA BIBLIA DICE QUE ES EL NECIO, NO EL ATEO, QUE DICE QUE NO HAY DIOS.
(II Corintios 4:3) Y si todavía nuestro evangelio está velado, para los que se pierden está velado.
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