Hace casi un año, la familia Hopmans de Davis, California, viajó a las
Islas Canarias para tomar unas vacaciones y tener una reunión con sus
familiares. Un niño de esta familia, Tomás Hopmans, de nueve años de
edad, puso un mensaje en una botella y durante un tour en un crucero
por la costa de África del Norte, la dejó caer en el Océano Atlántico
mientras toda la familia observó como la redoma se iba alejando poco a
poco. La nota simplemente identificaba su autor y hablaba brevemente de
su familia. De allí, la botella flotó hacía el oeste de la costa de
África viajando casi 5,000 kilómetros hasta llegar a la pequeña isla
antillana francesa de Guadalupe.
Todos se habían olvidado del frasco hasta que una carta llegó de Martine Dalhery, una mujer de la dicha isla, que escribió para decir que había encontrado a la botella y su mensaje cuando paseaba en la playa. El niño Tomás contestó a Martine, pero esta vez utilizó a correos.
La verdad que es un acontecimiento inusitado, pero lastima que muchas personas creen que las cosas ocurren al azar y no por medio del diseño especifico de un Soberano Creador. Cada día, Dios contesta la oración de una manera tan contundente que aunque siempre debe provocar al creyente hacía la profunda gratitud, no le debe sorprender un absoluto. Gracias a Dios que al ser un pueblo de fe podemos reconocer la mano de Dios obrando en nuestras vidas y darle las gracias y la gloria por sus proezas a nuestro favor.
Lo más importante es que tengamos nuestros ojos y nuestro entendimiento abiertos para poder ver lo que Dios esta haciendo en nuestras vidas. En más de 30 años de ministerio he aconsejado a cantidades de personas que, según ellos, están sufriendo a causa de sus muchas dificultades. Pero la realidad es que están sufriendo porque sus ojos no están abiertos para ver todas las cosas hermosas que Dios sí, ha hecho en sus vidas. No es una novedad porque tenemos un caso de la misma cosa en el Nuevo Testamento.
El rey Herodes había tomado preso a algunos hermanos y había matado a Jacobo, hermano de Juan. Tenía los planes de matar a Pedro el día siguiente. Pero Dios tenía otros planes porque los hermanos, sabiamente, estaban velando en la oración para que el poder de Dios librara a Pedro milagrosamente. Dios, fiel a Sus promesas, contestó la oración aún mientras oraban. Pero sus ojos no estaban abiertos para ver y creer en su propia confesión de fe. Es más, cuando oyeron la noticia de que Pedro había llegado, llamaron a la mensajera loca. Quizás dijeron, "¡Rode, no nos molesta con tonterías diciendo que Pedro esta a fuera! ¿Que no ves que estamos orando para que Dios le libre de la mano de Herodes?" En este sentido, al riesgo de hablar contradictoriamente, eran creyentes incrédulos.
LA INCREDULIDAD CIERRA NUESTROS OJOS PARA NO VER TODO LOS QUE DIOS ESTA HACIENDO.
(I Juan 5:14) Y esta es la confianza que tenemos delante de Él, que si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, Él nos oye.
Autor del escrito: Hno. Prince Parker
Todos se habían olvidado del frasco hasta que una carta llegó de Martine Dalhery, una mujer de la dicha isla, que escribió para decir que había encontrado a la botella y su mensaje cuando paseaba en la playa. El niño Tomás contestó a Martine, pero esta vez utilizó a correos.
La verdad que es un acontecimiento inusitado, pero lastima que muchas personas creen que las cosas ocurren al azar y no por medio del diseño especifico de un Soberano Creador. Cada día, Dios contesta la oración de una manera tan contundente que aunque siempre debe provocar al creyente hacía la profunda gratitud, no le debe sorprender un absoluto. Gracias a Dios que al ser un pueblo de fe podemos reconocer la mano de Dios obrando en nuestras vidas y darle las gracias y la gloria por sus proezas a nuestro favor.
Lo más importante es que tengamos nuestros ojos y nuestro entendimiento abiertos para poder ver lo que Dios esta haciendo en nuestras vidas. En más de 30 años de ministerio he aconsejado a cantidades de personas que, según ellos, están sufriendo a causa de sus muchas dificultades. Pero la realidad es que están sufriendo porque sus ojos no están abiertos para ver todas las cosas hermosas que Dios sí, ha hecho en sus vidas. No es una novedad porque tenemos un caso de la misma cosa en el Nuevo Testamento.
El rey Herodes había tomado preso a algunos hermanos y había matado a Jacobo, hermano de Juan. Tenía los planes de matar a Pedro el día siguiente. Pero Dios tenía otros planes porque los hermanos, sabiamente, estaban velando en la oración para que el poder de Dios librara a Pedro milagrosamente. Dios, fiel a Sus promesas, contestó la oración aún mientras oraban. Pero sus ojos no estaban abiertos para ver y creer en su propia confesión de fe. Es más, cuando oyeron la noticia de que Pedro había llegado, llamaron a la mensajera loca. Quizás dijeron, "¡Rode, no nos molesta con tonterías diciendo que Pedro esta a fuera! ¿Que no ves que estamos orando para que Dios le libre de la mano de Herodes?" En este sentido, al riesgo de hablar contradictoriamente, eran creyentes incrédulos.
LA INCREDULIDAD CIERRA NUESTROS OJOS PARA NO VER TODO LOS QUE DIOS ESTA HACIENDO.
(I Juan 5:14) Y esta es la confianza que tenemos delante de Él, que si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, Él nos oye.
Autor del escrito: Hno. Prince Parker
Sabia reflexión mi hermano, que Dios te siga guiando y fortaleciendo en sus caminos Siervo de Dios, un fuerte abrazo, JC