Hace poco vi una lista fascinante que llevaba el título intrigante: "Grandes Verdades de la Vida Que Los Niños Han Aprendido". Quisiera compartir algunas de estas "verdades" con vosotros.
1) No importa cuanto te esfuerzas, nunca puedes bautizar a un gato.
2) Cuando tu mama esta enojada con tu papi, no dejas que te peine el pelo.
3) No pidas que tu hermano de tres años te sujete un tomate o un huevo fresco.
4) No puedes confiar en los perros para cuidar tu comida.
5) Ni se te ocurra estornudar cuando te están cortando el pelo.
6) No puedes esconder un pedazo de brécol (brócoli) en un vaso de leche.
7) Nunca pones calzoncillos con colores fuertes con pantalones blancos, no importa cuán bonitos que pienses que son.
Ahora yo estoy absolutamente seguro que estos niños recibieron la revelación de estas grandes verdades que abrieron bien sus ojos después de una experiencia personal. Puedo ver, en mi mente, a un niño intentando bautizar a un gato y concluyendo que de ninguna manera era una buena idea. Con todo, es claro que una experiencia es capaz de cambiar tu manera de pensar, tu perspectiva y en corto, tu vida entera.
Leyendo el Evangelio de Juan veo que casi todo el libro se trata de personas que tuvieron una experiencia personal con Jesucristo. En el capítulo 1 encontramos a Andrés, Simón Pedro, Felipe y Natanael. En el capítulo 3 vemos a Nicodemo. Capítulo 4 nos presenta con la samaritana y entre muchas otras encontramos la historia emocionante del ciego sanado en el capítulo 9. (Oye, esta experiencia, sí, abrió los ojos de este hombre). Pero como resultado de estos encuentros, las vidas de cada uno fueron cambiadas.
Al leer el testimonio de la samaritana podemos ver el cambio que se realiza en su vida. En el principio, su conversación era sobre la utilidad de los cántaros y el agua; o sea, pensaba solamente en lo terrenal. Cuando comenzaba a hablar de Dios, su mente carnal entendía solamente la religión. Pero Cristo pronto le hizo entender que Dios no buscaba ninguna religión y que los formalismos no tenían valor ante Él, sino que el Padre busca a los verdaderos adoradores que le adoren en espíritu y en verdad. Al terminar su
conversación con Cristo, dejó su cántaro y fue a la ciudad para contar a todos de su experiencia con Cristo.
De la misma manera, si en verdad tenemos una experiencia personal con Cristo, nuestra vida entera goza de una transformación completa y nos nace el deseo de compartirlo con otros. Como dijeron los escritores, "Pero teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: Creí, por tanto hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos" (II Corintios 4:13).
LA ÚNICA MANERA DE SER UN VERDADERO CRISTIANO ES TENER UN ENCUENTRO PERSONAL CON CRISTO.
(Juan 17:3) Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.