En las aguas del océano cerca de Indonesia vive una especie pulpo que
tiene la habilidad asombrosa de cambiar su forma, color y
características de comportamiento de tal manera que se parece casi
idéntico a una variedad de animales distintos. Estos increíbles
impresionistas octópodos pueden tomar la apariencia de un platija (una
especie de pescado), una serpiente de mar, un pez-león, un cangrejo,
una anguila, una medusa, una esquila, dos clases de estrella de mar, un
caballo de mar y un buen número de otros animales.
Todas estas criaturas son tan distintas unas de otras que deja a los oceanógrafos más estudiados rascando la cabeza.
Nadie sabe con ciencia fija porqué toman una o otra apariencia, pero el mar es un lugar peligroso para un animal invertebrado con un cuerpo blando como el pulpo mímico. Hay predadores por donde quiera y vale la pena tomar el aspecto de un pescado venenoso como un pez-león o una serpiente de mar o ser algo que apetece poco comer como una medusa. Estos pulpos no se limitan a ser expertos en al arte del disfraz, sino que se enumeran entre los animales más inteligentes del mar junto con los delfines y orcas. Los pulpos pueden aprender como desenroscar las tapaderas de jarras si vean que hay comida en ellas y escapar de la cautividad por la apertura más pequeña. Esta inteligencia los hace cazadores formidables.
¿Sabes qué? Yo creo que conozco algunos que dicen ser cristianos que tienen esta habilidad. Es que el domingo están en la iglesia y dan toda la apariencia de ser creyentes. Van al trabajo o la escuela el lunes y conforme la gente con que se juntan así son sus cambios. Lo hacen con una naturalidad que podrían ganar un óscar de los críticos más tenaces de Hollywood.
Nadie sabe porque lo hacen y creo que ni ellos entienden sus actos. Pero pienso que lo hacen porque son blandos de carácter y como el pulpo y no tienen espina dorsal. En su falta de valentía espiritual se echan mano a toda la astucia e inteligencia que tienen para salir con las suyas. Son actores profesionales y es interesante notar que la palabra actor en griego es la palabra hupokriteos que fácilmente se traduce hoy en el castellano como hipócrita.
Los mímicos puedes ser muy peligrosos. Cuando hay tales actores en la iglesia, hacen una cantidad increíble de daño. La Biblia habla de varios mímicos famosos: Judas, Ananías y Safira, Simón el Mago y Absalón, el hijo de David. Este último era un mímico perfecto; físicamente bien apuesto y un locutor alucinante. Pero su corazón estaba lleno de malignidades. Todos los que fueron tomados por su engaño sufrieron. El peor de todos los casos era el fin del mismo Absalón. La triste realidad de la hipocresía es que la persona que más sufre al final de la historia, después que ellos han hecho sufrir a incontables otros, es el mismos mímico.
LOS HOMBRES MALOS SON MÁS MALOS CUANDO SE PRESENTAN COMO BUENOS.
(I Corintios 5:8) Por tanto, celebremos la fiesta no con la levadura vieja, ni con la levadura de malicia y maldad, sino con panes sin levadura de sinceridad y de verdad.
Todas estas criaturas son tan distintas unas de otras que deja a los oceanógrafos más estudiados rascando la cabeza.
Nadie sabe con ciencia fija porqué toman una o otra apariencia, pero el mar es un lugar peligroso para un animal invertebrado con un cuerpo blando como el pulpo mímico. Hay predadores por donde quiera y vale la pena tomar el aspecto de un pescado venenoso como un pez-león o una serpiente de mar o ser algo que apetece poco comer como una medusa. Estos pulpos no se limitan a ser expertos en al arte del disfraz, sino que se enumeran entre los animales más inteligentes del mar junto con los delfines y orcas. Los pulpos pueden aprender como desenroscar las tapaderas de jarras si vean que hay comida en ellas y escapar de la cautividad por la apertura más pequeña. Esta inteligencia los hace cazadores formidables.
¿Sabes qué? Yo creo que conozco algunos que dicen ser cristianos que tienen esta habilidad. Es que el domingo están en la iglesia y dan toda la apariencia de ser creyentes. Van al trabajo o la escuela el lunes y conforme la gente con que se juntan así son sus cambios. Lo hacen con una naturalidad que podrían ganar un óscar de los críticos más tenaces de Hollywood.
Nadie sabe porque lo hacen y creo que ni ellos entienden sus actos. Pero pienso que lo hacen porque son blandos de carácter y como el pulpo y no tienen espina dorsal. En su falta de valentía espiritual se echan mano a toda la astucia e inteligencia que tienen para salir con las suyas. Son actores profesionales y es interesante notar que la palabra actor en griego es la palabra hupokriteos que fácilmente se traduce hoy en el castellano como hipócrita.
Los mímicos puedes ser muy peligrosos. Cuando hay tales actores en la iglesia, hacen una cantidad increíble de daño. La Biblia habla de varios mímicos famosos: Judas, Ananías y Safira, Simón el Mago y Absalón, el hijo de David. Este último era un mímico perfecto; físicamente bien apuesto y un locutor alucinante. Pero su corazón estaba lleno de malignidades. Todos los que fueron tomados por su engaño sufrieron. El peor de todos los casos era el fin del mismo Absalón. La triste realidad de la hipocresía es que la persona que más sufre al final de la historia, después que ellos han hecho sufrir a incontables otros, es el mismos mímico.
LOS HOMBRES MALOS SON MÁS MALOS CUANDO SE PRESENTAN COMO BUENOS.
(I Corintios 5:8) Por tanto, celebremos la fiesta no con la levadura vieja, ni con la levadura de malicia y maldad, sino con panes sin levadura de sinceridad y de verdad.
Leave a comment