Vi una calcomanía en un vehículo que decía, Estoy gastando la herencia
de mis hijos. Bueno, de una u otra manera todos dejamos una herencia
para nuestros hijos. Quizás no sea la clase de herencia que suponemos,
pero queremos o no, dejamos un legado.
Padres, ¿Qué clase de herencia dejaremos a nuestros hijos? La mejor herencia que podemos dejar es lo que les enseñamos por medio de nuestras vidas y ejemplos. Los hijos que Dios te ha dado son un legado sagrado. Un día Él pedirá cuentas de lo que Él te ha entregado. Es triste que tantas personas se recuerdan más de sus madres que de sus padres.
Gedeón quería dejar una herencia para sus hijos. Él buscó con diligencia proveer los bienes materiales para su familia. Desafortunadamente, en su afán de proveer oro y plata, su familia se perdió del todo. Hay tantos creyentes que están buscando los bienes materiales para sus familias, y eso es bueno. Si no lo hacemos, la Biblia dice que seríamos peores que los infieles (I Timoteo 5:8). ¡Pero no debemos hacerlo al costo de nuestra familia! (Marcos 8:36).
El hogar debe ser un lugar que proporciona un ambiente de fe, esperanza y amor. Lamentablemente para muchos, el hogar es un lugar de contiendas, frustraciones y desesperación. Allí nunca celebran devocionales familiares, nunca oran juntos, en muchos de los hogares de hoy ni siquiera comen juntos. La televisión es el altar familiar y la Biblia es un libro olvidado. Cuántos padres de familia destruyen esta hermosa herencia que pueden dejar para sus hijos porque realmente son egoístas. (II Corintios 12:14) ... porque los hijos no tienen la responsabilidad de atesorar para sus padres, sino los padres para sus hijos.
¿No sería hermoso dejar una herencia de una fe sólida, de una familia criada en un ambiente de amor, esperanza y fe fielmente integrada un una iglesia que anuncia el amor de Dios y la verdad del Evangelio?
LA PRIMERA IGLESIA ES EL HOGAR Y EL PADRE DE FAMILIA ES EL PASTOR DE ESA IGLESIA.
(Efesios 6:4) Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor.
Padres, ¿Qué clase de herencia dejaremos a nuestros hijos? La mejor herencia que podemos dejar es lo que les enseñamos por medio de nuestras vidas y ejemplos. Los hijos que Dios te ha dado son un legado sagrado. Un día Él pedirá cuentas de lo que Él te ha entregado. Es triste que tantas personas se recuerdan más de sus madres que de sus padres.
Gedeón quería dejar una herencia para sus hijos. Él buscó con diligencia proveer los bienes materiales para su familia. Desafortunadamente, en su afán de proveer oro y plata, su familia se perdió del todo. Hay tantos creyentes que están buscando los bienes materiales para sus familias, y eso es bueno. Si no lo hacemos, la Biblia dice que seríamos peores que los infieles (I Timoteo 5:8). ¡Pero no debemos hacerlo al costo de nuestra familia! (Marcos 8:36).
El hogar debe ser un lugar que proporciona un ambiente de fe, esperanza y amor. Lamentablemente para muchos, el hogar es un lugar de contiendas, frustraciones y desesperación. Allí nunca celebran devocionales familiares, nunca oran juntos, en muchos de los hogares de hoy ni siquiera comen juntos. La televisión es el altar familiar y la Biblia es un libro olvidado. Cuántos padres de familia destruyen esta hermosa herencia que pueden dejar para sus hijos porque realmente son egoístas. (II Corintios 12:14) ... porque los hijos no tienen la responsabilidad de atesorar para sus padres, sino los padres para sus hijos.
¿No sería hermoso dejar una herencia de una fe sólida, de una familia criada en un ambiente de amor, esperanza y fe fielmente integrada un una iglesia que anuncia el amor de Dios y la verdad del Evangelio?
LA PRIMERA IGLESIA ES EL HOGAR Y EL PADRE DE FAMILIA ES EL PASTOR DE ESA IGLESIA.
(Efesios 6:4) Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor.
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