En un diario de Ontario, Canadá, apareció el siguiente aviso: El
lector quizá encuentre algunas erratas de imprenta en este diario.
Tenga en cuenta que son intencionadas. Este diario trata de imprimir
algo para todo el mundo y hay personas que siempre buscan las faltas.
La crítica y la mentalidad que siempre busca faltas vienen de la raíz inesperada de la falta de gratitud. Dice la Biblia, El hombre saciado aborrece la miel, pero para el hombre hambriento todo lo amargo es dulce.(Proverbios 27:7) La gratitud es más que una actitud, es una virtud. Digo esto porque una persona verdaderamente agradecida por naturaleza es tan rara como un perro que se ha olvidado cómo ladrar.
La evidencia de esto se encuentra por donde quiera. Encontramos personas de perfecta salud que se suicidan porque tenían algún problema, en cambio hay personas en sillas de ruedas o en lecho de desahuciados que desean vivir. Hay otras personas que podrían gozar de buena salud, pero la destruyen intencionalmente a causa del abuso del alcohol y las drogas. Con la salud ganamos la vida, pero estos no agradecen a Dios por esta bendición.
He conocido padres de familia que son de lo más amorosos, piadosos y atentos y que han dado todo para sus hijos. Pero sus hijos son unos criminales de guerra y viven para hacer sufrir a los únicos en este mundo que les quiere. Los padres oran largas horas por sus hijos que se entreguen a Cristo. Lo peor es que estos hijos causan angustia a sus padres para complacer a los que no darían ni la hora del día para ellos. Estos hijos son ingratos y no saben agradecer la bendición de la familia.
Por el otro lado he conocido jóvenes de los más nobles y fieles al Señor, diligentes y que se esfuerzan para salir adelante con sus estudios. Ellos no tienen nada de apoyo de sus padres, que muchas veces son esclavos del vicio y del egoísmo. Estos se han entregado al Señor sin la influencia de los padres y los padres les fastidian siempre porque asisten a las reuniones de la iglesia. Estos padres son mal agradecidos por la bendición de los buenos hijos que Dios les ha dado.
La lista de estas evidencias es interminable. Cuán fácil es no agradecer a Dios por todo lo que tenemos y buscar motivo de quejas y crítica. Pero tal como los hijos de Israel que no apreciaron el Templo y la Presencia de Dios en medio de ellos, casi siempre ocurre que no sabemos lo que tenemos hasta que lo hemos perdido. Muchas veces la falta de gratitud ocurre porque no vemos el cuadro entero. Tenemos gríngolas puestas en nuestros ojos como los caballos de carrera que los dejan ver solamente lo que esta justo delante de ellos.
LA VIRTUD DE UN ESPÍRITU AGRADECIDO HONRA A DIOS.
(I Tesalonisenses 5:18) dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús.
La crítica y la mentalidad que siempre busca faltas vienen de la raíz inesperada de la falta de gratitud. Dice la Biblia, El hombre saciado aborrece la miel, pero para el hombre hambriento todo lo amargo es dulce.(Proverbios 27:7) La gratitud es más que una actitud, es una virtud. Digo esto porque una persona verdaderamente agradecida por naturaleza es tan rara como un perro que se ha olvidado cómo ladrar.
La evidencia de esto se encuentra por donde quiera. Encontramos personas de perfecta salud que se suicidan porque tenían algún problema, en cambio hay personas en sillas de ruedas o en lecho de desahuciados que desean vivir. Hay otras personas que podrían gozar de buena salud, pero la destruyen intencionalmente a causa del abuso del alcohol y las drogas. Con la salud ganamos la vida, pero estos no agradecen a Dios por esta bendición.
He conocido padres de familia que son de lo más amorosos, piadosos y atentos y que han dado todo para sus hijos. Pero sus hijos son unos criminales de guerra y viven para hacer sufrir a los únicos en este mundo que les quiere. Los padres oran largas horas por sus hijos que se entreguen a Cristo. Lo peor es que estos hijos causan angustia a sus padres para complacer a los que no darían ni la hora del día para ellos. Estos hijos son ingratos y no saben agradecer la bendición de la familia.
Por el otro lado he conocido jóvenes de los más nobles y fieles al Señor, diligentes y que se esfuerzan para salir adelante con sus estudios. Ellos no tienen nada de apoyo de sus padres, que muchas veces son esclavos del vicio y del egoísmo. Estos se han entregado al Señor sin la influencia de los padres y los padres les fastidian siempre porque asisten a las reuniones de la iglesia. Estos padres son mal agradecidos por la bendición de los buenos hijos que Dios les ha dado.
La lista de estas evidencias es interminable. Cuán fácil es no agradecer a Dios por todo lo que tenemos y buscar motivo de quejas y crítica. Pero tal como los hijos de Israel que no apreciaron el Templo y la Presencia de Dios en medio de ellos, casi siempre ocurre que no sabemos lo que tenemos hasta que lo hemos perdido. Muchas veces la falta de gratitud ocurre porque no vemos el cuadro entero. Tenemos gríngolas puestas en nuestros ojos como los caballos de carrera que los dejan ver solamente lo que esta justo delante de ellos.
LA VIRTUD DE UN ESPÍRITU AGRADECIDO HONRA A DIOS.
(I Tesalonisenses 5:18) dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús.
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