Leí un articulo de la revista "Newsweek" sobre un acontecimiento hace
algunos años ahora. El ex-vice presidente de los Estados Unidos, Hubert
Humphrey, había muerto y dignatarios de todo el mundo llegaron al culto
memorial para despedirse de su viejo amigo y colega. Pero todo el mundo
pasaba por alto una figura solitaria. Nadie quería si quiera mirarle
mucho menos saludarle y hablar con él. Esta persona era el
ex-presidente Richard Nixon. Unos pocos años antes él pasó por la
infamia del escándalo de Watergate y salió de su puesto el primer
presidente de los Estados Unidos impugnado de su puesto y había vuelta
a Washington por primera vez desde que había perdido su puesto para
honrar a su amigo fallecido.
De repente algo muy especial pasó que seguramente era la única cosa que podría haber desecho el hielo del ambiente. El Presidente Jimmy Carter (un cristiano activo de un partido político diferente que el de Nixon), que presidía en la Casa Blanca en este período, entró en la habitación. Antes que él tomó su lugar en aquél recinto lleno de dignatarios, vio a Nixon a un lado, apartado y de pie en contra la pared, completamente solo.
El Presidente Carter pasó a todos y fue directamente a él, y con una sonrisa amplia le extendió la mano. Pero no paró allí. Una vez que le tenía asido por la mano, ante el asombro de todos, le abrazó como si estuviera saludando un amado familiar que no se habían visto por mucho tiempo y le dijo, "¡Bienvenido a casa Sr. Presidente!" La revista reportó que si un evento transformó la jornada larga por el desierto del Sr. Nixon, fue este momento y este gesto de amor y compasión.
Esta historia me recuerda de Mefiboset, el lisiado (cojo) nieto del fallecido Rey Saúl. Saúl persiguió a David por casi 40 años con grandes esfuerzos de quitarle la vida. Muerto Saúl, David quería manifestar su amor por Jonatán, el hijo de Saúl que murió juntamente con su padre. Bajo circunstancias normales, el nuevo rey hubiera dado muerte a toda la familia del rey anterior. Pero David manifestó el amor de Dios y recibió a Mefiboset en su propia casa y le invitó a comer por lo demás de su vida a su propia mesa.
Los ejemplos del amor de David y del Presidente Carter nos hacen pensar en como nosotros, quienes por naturaleza éramos enemigos de Dios hemos sido recibidos por Él. Cristo nos a recibido con un abrazo de amor y alegría y nos ha invitado a sentar en Su mesa. El pecado desfiguró la imagen de Dios que estaba en nosotros, pero Cristo ha perdonado nuestros pecados (defectos); cosas que antes imposibilitaban nuestra entrada a la presencia del Rey, y nos ha recibido. Tal como el Presidente Jimmy Carter llamó a Nixon "Sr. Presidente", "Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él." (I Juan 3:1)
LA PALABRA INDIGNO NO ESTA EN EL NUEVO TESTAMENTO.
(Efesios 2:4) Dios,... es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó.
De repente algo muy especial pasó que seguramente era la única cosa que podría haber desecho el hielo del ambiente. El Presidente Jimmy Carter (un cristiano activo de un partido político diferente que el de Nixon), que presidía en la Casa Blanca en este período, entró en la habitación. Antes que él tomó su lugar en aquél recinto lleno de dignatarios, vio a Nixon a un lado, apartado y de pie en contra la pared, completamente solo.
El Presidente Carter pasó a todos y fue directamente a él, y con una sonrisa amplia le extendió la mano. Pero no paró allí. Una vez que le tenía asido por la mano, ante el asombro de todos, le abrazó como si estuviera saludando un amado familiar que no se habían visto por mucho tiempo y le dijo, "¡Bienvenido a casa Sr. Presidente!" La revista reportó que si un evento transformó la jornada larga por el desierto del Sr. Nixon, fue este momento y este gesto de amor y compasión.
Esta historia me recuerda de Mefiboset, el lisiado (cojo) nieto del fallecido Rey Saúl. Saúl persiguió a David por casi 40 años con grandes esfuerzos de quitarle la vida. Muerto Saúl, David quería manifestar su amor por Jonatán, el hijo de Saúl que murió juntamente con su padre. Bajo circunstancias normales, el nuevo rey hubiera dado muerte a toda la familia del rey anterior. Pero David manifestó el amor de Dios y recibió a Mefiboset en su propia casa y le invitó a comer por lo demás de su vida a su propia mesa.
Los ejemplos del amor de David y del Presidente Carter nos hacen pensar en como nosotros, quienes por naturaleza éramos enemigos de Dios hemos sido recibidos por Él. Cristo nos a recibido con un abrazo de amor y alegría y nos ha invitado a sentar en Su mesa. El pecado desfiguró la imagen de Dios que estaba en nosotros, pero Cristo ha perdonado nuestros pecados (defectos); cosas que antes imposibilitaban nuestra entrada a la presencia del Rey, y nos ha recibido. Tal como el Presidente Jimmy Carter llamó a Nixon "Sr. Presidente", "Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él." (I Juan 3:1)
LA PALABRA INDIGNO NO ESTA EN EL NUEVO TESTAMENTO.
(Efesios 2:4) Dios,... es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó.
Leave a comment