Siglos antes de que naciera Jesús, la cruz se había usado como
instrumento de tortura y muerte. Por ejemplo, en el año 519 a.C., el
rey Darío I de Persia crucificó a 3.000 enemigos políticos en
Babilonia.
Este método de ejecución fue adoptado posteriormente por los romanos para usarlo con
personas que no eran ciudadanos romanas y con los esclavos. Cuando Jesucristo llevó nuestros pecados en el Calvario (I Pedro 2:24), la cruz cobró un nuevo significado. Allí el Salvador, «mediante la sangre de su cruz», hizo posible que nosotros escapáramos del juicio y fuéramos reconciliados con Dios (Colosenses 1:20-21).
El apóstol Pablo comprendió el significado de la cruz. Había hecho muchas cosas en las cuales podía haber hallado satisfacción personal y orgullo (II Corintios 11:16-12:13). Pero en su carta a los Gálatas escribió: «Lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo» (6:14). Cuando entendamos lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz, nosotros también sentiremos humildad. Nuestros débiles esfuerzos no son nada; su obra lo es todo.
El Salvador resucitado invita a todos los hombres y mujeres a acudir a Él humildemente por fe. Al creer que murió en la cruz por nosotros, recibimos el perdón total.
(I Corintios 1:18) Porque la palabra de la cruz es necedad para los que se pierden, pero para nosotros los salvos es poder de Dios.
(I Pedro 2:24) y El mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados.
(Lucas 9:23) Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.
LA CRUZ DE CRISTO ES EL PUENTE ENTRE DIOS Y EL HOMBRE.
Este método de ejecución fue adoptado posteriormente por los romanos para usarlo con
personas que no eran ciudadanos romanas y con los esclavos. Cuando Jesucristo llevó nuestros pecados en el Calvario (I Pedro 2:24), la cruz cobró un nuevo significado. Allí el Salvador, «mediante la sangre de su cruz», hizo posible que nosotros escapáramos del juicio y fuéramos reconciliados con Dios (Colosenses 1:20-21).
El apóstol Pablo comprendió el significado de la cruz. Había hecho muchas cosas en las cuales podía haber hallado satisfacción personal y orgullo (II Corintios 11:16-12:13). Pero en su carta a los Gálatas escribió: «Lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo» (6:14). Cuando entendamos lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz, nosotros también sentiremos humildad. Nuestros débiles esfuerzos no son nada; su obra lo es todo.
El Salvador resucitado invita a todos los hombres y mujeres a acudir a Él humildemente por fe. Al creer que murió en la cruz por nosotros, recibimos el perdón total.
(I Corintios 1:18) Porque la palabra de la cruz es necedad para los que se pierden, pero para nosotros los salvos es poder de Dios.
(I Pedro 2:24) y El mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados.
(Lucas 9:23) Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.
LA CRUZ DE CRISTO ES EL PUENTE ENTRE DIOS Y EL HOMBRE.
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