En 1992, el huracán Andrés destruyó miles de casas en el sur de Florida
(Estados Unidos). No obstante, en una área donde la destrucción parecía
una zona de guerra, una sola casa permanecía indemne. Cuando un
reportero preguntó el dueño porqué su casa no fue destruida, él
respondió, "Yo mismo construí esta casa. También la construí conforme a
todas las leyes y códigos de construcción en el estado de Florida.
Cuando los reglamentos dijeron que tenía que poner una viga de 'x'
medida en cierto lugar, puse una viga de 'x' medida en este lugar. Me
dijeron que si construía mi casa conforme los reglamentos aguantaría a
un huracán. Y así fue efectivamente".
El 15 de diciembre de 2001, la famosa Torre de Pisa nuevamente abrió sus puertas al público después de haber sido cerrada por varios años. Durante este tiempo los ingenieros terminaron un proyecto de 25 millones de euros para estabilizar la torre. Ellos quitaron como 110 toneladas de tierra y redujeron su famosa inclinación por como cuarenta centímetros. Por cientos de años la torre ha estado inclinando más y más lejos de su punto vertical de tal manera que la sima de la torre de 61 metros de altura se encuentra como cinco metros más hacía el sur que la base amenazándola con su ruina. El problema del campanario consistía en el hecho de que estaba construida sobre un suelo de arena inestable. La torre no tenía un fundamento firme.
En Mateo 7:24-29 Cristo nos habla de la importancia de edificar nuestra casa sobre un fundamento sólido. La casa de que habla aquí representa nuestras vidas. Sabemos que Cristo es la Roca, pero aquí en este versículo, Cristo nos esta diciendo que Su Palabra es la Roca sobre la cual debemos edificar nuestras vidas. Si edificamos conforme Su código de obediencia no seremos llevados por la destrucción.
Podemos apreciar en esta parábola que la tempestad que azotó las casas azotó tanto la casa erigida sobre la roca como la casa sobre la arena. Quizás exteriormente las dos casas parecían iguales y la misma vorágine cayó sobre ambas. Pero la gran diferencia entre las dos se encontraba en algo que estaba oculto de la vista de la gente, los cimientos. El dueño de la casa sobre la roca "cavó hondo" para alcanzar los buenos cimientos. A este hombre le costó trabajo para hacer sus cimientos, algo que la gente no apreciaba de inmediato. De la misma manera la vida entregada manifiesta sus eternos e irrevocables dividendos cuando vienen las inclemencias de la vida.
Si construimos conforme Su código de obediencia, no seremos llevados con las tempestades de la vida que azotan a todos por igual. Las tempestades de tentaciones y sufrimiento no nos arrancará de nuestro fundamento de fe y obediencia. Las desventuras podrán venir, pero si hemos edificado nuestra casa según el código de la Roca, Jesucristo, saldremos con nuestro carácter fortalecido. Aún en medio de las adversidades Cristo siempre nos da la victoria.
LA ADVERSIDAD ES LA PRUEBA DE TUS CIMIENTOS
(I Corintios 3:11) Pues nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto, el cual es Jesucristo.
El 15 de diciembre de 2001, la famosa Torre de Pisa nuevamente abrió sus puertas al público después de haber sido cerrada por varios años. Durante este tiempo los ingenieros terminaron un proyecto de 25 millones de euros para estabilizar la torre. Ellos quitaron como 110 toneladas de tierra y redujeron su famosa inclinación por como cuarenta centímetros. Por cientos de años la torre ha estado inclinando más y más lejos de su punto vertical de tal manera que la sima de la torre de 61 metros de altura se encuentra como cinco metros más hacía el sur que la base amenazándola con su ruina. El problema del campanario consistía en el hecho de que estaba construida sobre un suelo de arena inestable. La torre no tenía un fundamento firme.
En Mateo 7:24-29 Cristo nos habla de la importancia de edificar nuestra casa sobre un fundamento sólido. La casa de que habla aquí representa nuestras vidas. Sabemos que Cristo es la Roca, pero aquí en este versículo, Cristo nos esta diciendo que Su Palabra es la Roca sobre la cual debemos edificar nuestras vidas. Si edificamos conforme Su código de obediencia no seremos llevados por la destrucción.
Podemos apreciar en esta parábola que la tempestad que azotó las casas azotó tanto la casa erigida sobre la roca como la casa sobre la arena. Quizás exteriormente las dos casas parecían iguales y la misma vorágine cayó sobre ambas. Pero la gran diferencia entre las dos se encontraba en algo que estaba oculto de la vista de la gente, los cimientos. El dueño de la casa sobre la roca "cavó hondo" para alcanzar los buenos cimientos. A este hombre le costó trabajo para hacer sus cimientos, algo que la gente no apreciaba de inmediato. De la misma manera la vida entregada manifiesta sus eternos e irrevocables dividendos cuando vienen las inclemencias de la vida.
Si construimos conforme Su código de obediencia, no seremos llevados con las tempestades de la vida que azotan a todos por igual. Las tempestades de tentaciones y sufrimiento no nos arrancará de nuestro fundamento de fe y obediencia. Las desventuras podrán venir, pero si hemos edificado nuestra casa según el código de la Roca, Jesucristo, saldremos con nuestro carácter fortalecido. Aún en medio de las adversidades Cristo siempre nos da la victoria.
LA ADVERSIDAD ES LA PRUEBA DE TUS CIMIENTOS
(I Corintios 3:11) Pues nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto, el cual es Jesucristo.
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